# 87 / Rompan Todo: “…y que los eunucos bufen”

“El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un cross a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y ‘que los eunucos bufen’”. (Roberto Arlt, prólogo de Los lanzallamas, 1931)

Siempre está bien tener a mano esta cita de Arlt, que leí por primera vez en los créditos de Para espantar el sueño (1978), el segundo disco de Jaime Roos. Después la usé en mi libro y ahora la estoy usando de nuevo. Se aplica a la literatura, la música o cualquier esfuerzo creativo que, con buenos o malos resultados, intenta aportar algo de belleza al mundo mientras los “eunucos” escupen sus razones sobre por qué tal o cual cosa está mal, aunque no puedan escribir su nombre en la nieve ni tararear una canción de cuna afinando al menos una nota.

En relación a Rompan Todo, la serie de Netflix sobre la historia del rock (en español) en América Latina (a estrenarse ya merito, el 16 de diciembre), antes de verla ya di mis opiniones sobre el avance de la serie aquí y aquí (les agradecería que las escucharan, así no tengo que repetir todo por acá). Pero ahora que finalmente terminé de ver la serie completa, quiero dar mi balance final (spoiler alert: me encantó).

Antes, un recorrido general sobre el contenido de cada uno de los seis capítulos (hay mucho más en cada capítulo; sólo menciono partes clave):

Luis Alberto Spinetta por Oscar Bony

La rebelión: Arranca con Ritchie Valens y “La Bamba”, pasando por Los Teen Tops y los otros tres grupos pioneros del rock en español en México (Los Locos del Ritmo, Rebeldes del Rock y Los Black Jeans). Ausentes sin explicación Freddy Fender y Gloria Ríos, esta última, según el productor ejecutivo Nicolás Entel en Twitter, porque “está floja de papeles. Además de Bill [Haley], hay un derecho [pedido] de quien adaptó la canción al español. Estaba ya editada la escena y todo. Imposible de usar sin que te hagan juicio”. Buenas menciones a Los Shakers (Uruguay) y Los Saicos y Los Shain’s, representantes de la que, probablemente, sea la escena rockera más injustamente infravalorada del continente: la peruana (cero mención a Pedro Suárez Vértiz, though…). Aparecen Moris, Litto Nebbia, Tanguito, Sandro y Almendra por primera vez y se te ponen los pelos de punta. Javier Bátiz y Alex Lora fundamentales entre los muchos talking heads de la serie.

La represión: Víctor Jara (un acierto incluirlo, aunque no sea “rockero”), Los Jaivas y la situación política en Chile y Argentina. Irrumpe Charly García con Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán.

Música en colores: Gustavo Santaolalla (productor ejecutivo) y su cortocircuito con Serú, Tianguis del Chopo (me hubiese gustado que hablaran con Pacho, baterista de Maldita Vecindad, quien es el director del Museo), Botellita de Jerez queda bien establecida como una banda clave del rock mexicano e influencia directa de Maldita Vecindad y Café Tacuba. Terremoto en México, muerte y legado de Rockdrigo González, Soda Stereo en Chile. La guerra de las Malvinas y su impacto en el desarrollo del rock argentino en 1982.

Rock en tu idioma: Un episodio clave, con la explosión del rock en español moderno en México, de labios de su primer gran arquitecto a nivel disquera: Oscar López. Soda en Viña del Mar y México. EnanitosVerdes, Miguel Mateos, los españoles (Radio Futura, Los Toreros Muertos, Nacha Pop, Mecano) y su impacto en México. Caifanes y “La Negra Tomasa” (cero mención a Alejandro Marcovich, parte clave de la mayoría de los mejores discos de Caifanes, pero ya sabemos cómo viene esa vaina…). Fobia, la cadena López-Roco-Gus que dio lugar al nacimiento y posterior explosión de Maldita. Sombrero Verde (“uno de los cuatro que quedó afuera de ‘Rock en tu Idioma’”, según López) y su transformación en esa potencia llamada Maná. Back to Chile con Los Prisioneros y las letras de Jorge González y una imperdible imitación del acento chileno a cargo de Pil Trafa (Los Violadores). Concierto de Amnesty Internacional en Mendoza, el rotundo NO chileno al innombrable dictador. Juanes cuando era rockero y la movida colombiana con Ekhymosis y Kraken y la era pre-Aterciopelados con La Pestilencia y Delia y los Aminoácidos. El Concierto de Conciertos en Bogotá en 1988. Cuando llega el turno al segmento de El circo, el segundo de Maldita Vecindad, mi pantalla parece explotar. El papel de Maldita en el nacimiento de Café Tacuba.

Un continente: MTV Latino pone todo patas para arriba. Fito Páez, Santiago Auserón, David Byrne y otrxs se rinden ante Café Tacuba, quienes debutan en EE.UU. tocando en Lollapalooza frente a… cero personas. Los Tres mandan en Chile, un presidente innombrable vende a Argentina, nace el sello Culebra con Aterciopelados, Santa Sabina, Cuca y La Lupita. Rita Guerrero inmortalizada. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (bah, Lo Redó) y el pogo más grande del mundo.

Una nueva era: Tremendo episodio. El Re de los Tacubos, EL disco. La serie rescata una realidad olvidada: al principio, nadie entendió Re (y me consta que, cuando salió, muchos de los que hoy alaban al disco me dijeron que “no es tan bueno como el primero; es muy largo”). La movida de Monterrey: Control Machete y Plastilina Mosh (¿y El Gran Silencio? ¿Pestañé y no los vi? By the way, Kinky está representado con declaraciones de Gil Cerezo). Cómo Molotov se las arregló para vender un chingo de discos pese a la censura. La Vela Puerca vuelve a poner a Uruguay en el mapa (en otra parte, habla Roberto Musso, del Cuarteto de Nos, pero me sorprendió no ver nada sobre No Te Va Gustar). La tragedia de Cromañón, Mexican Institute of Sound, Nortec Collective y cómo Napster y el mp3 cambiaron todo el partido (para mal y para bien). Bajofondo y Gustavo Cerati (“El Mareo”), Cerati solo y la muerte de un ídolo. David Byrne sobre Calle 13. “Puede rimar como los payadores”, dice Fito sobre Residente. Las mujeres en el rock (Gabriela, Hilda Lizarazu, Julieta Venegas, Juana Molina, Mon Laferte, Fabiana Cantilo, Celeste Carballo y otras). Momento imperdible: “Shakira también estaba…” dice Héctor Buitrago, mientras Andrea Echeverri mira para otro lado, después señala a Héctor y dice: “A él le gusta todo”.

Ahí tienen una idea del contenido de la serie. Antes de quejarse de que falta esto o aquello, esperen a mirar la serie, porque lo mío fue solo un resumen: hay mucho más. Y está hecho con todo, de una manera entretenida e investigada, bien editada (los momentos claves son como una explosión, hay suficiente música para emocionarnos y el tono general es inteligente pero accesible, por la sencilla razón de que el equipo detrás de Rompan Todo ya sabía de antemano de qué se trataba la cosa).

¿Que faltan nombres? Por supuesto. ¿Que faltan mujeres? Ni hablar, pero las que están son powerhouses y aparecen a lo largo de los seis episodios. ¿Y Brasil? De acuerdo: la serie debió aclarar que se trata de rock en español, y creo que Brasil merece una serie aparte. Pero también hay escupitajos dignos de eunuco: ayer alguien me comentó que alguien dijo que la serie trata sobre “las bandas de Santaolalla”. Really? Hay como 100 mencionados o entrevistados, y ¿todxs fueron producidos por Santaolalla? No mamen. Y que me explique alguien cómo miércoles se puede hacer una serie sobre rock en español sin mencionar a Arco Iris, León Gieco, G.I.T., Divididos, Julieta Venegas, Juanes, Maldita Vecindad, Caifanes, Molotov, Café Tacuba, Fobia, La Vela Puerca, Los Prisioneros, Jorge González, etc…

Santaolalla, by the way, escribió el Prólogo de mi libro (full disclosure, cabrones), sí, pero eso no me impide mencionar lo que yo sí considero carencias de la serie: los subtítulos en inglés son un desastre (“simple” en lugar de single; “Mester” en lugar de Mestre y “Ex” en lugar de X, por sólo mencionar algunos ejemplos, aunque Entel, es justo aclararlo, dijo en Twitter que todavía estaba corrigiéndolos), y prácticamente no hay nada sobre el rock en español actual. Esto es de lamentar, porque da la sensación de que el rocanrol es una cosa del pasado, cuando hoy mismo siguen existiendo bandas que continúan el legado de los que vinieron antes. Prendo velitas para que en un futuro salga una segunda temporada poniendo las cosas en su lugar, y ojalá sea el mismo equipo de Rompan Todo quienes estén detrás del proyecto.

“Hablando en serio: hay cientos adentro, miles afuera”, escribió en Twitter Nico Entel. “Si fuese al revés sería aburridísima la serie”. Y tiene razón. Podés decir lo que quieras de la serie, menos que es aburrida. Y la música es constante, un bombardeo imparable del eclecticismo del género a través de las décadas.

No, no hay ningún “experto” entrevistado, pero los “expertos” ya hemos escrito libros. Lo que quiero es escuchar a los actores principales, y son ellos y ellas quienes me contaron una historia que ya conocía y muchas, muchísimas cosas que no sabía (¿sabías que Charly García, según Roco, iba a producir a Maldita Vecindad?).

Si cada uno de nosotrxs hubiese hecho una serie similar, cada una de las series contaría una historia diferente. Por suerte, la serie que hay es Rompan Todo, que rompe todo. Abran la cabeza y los oídos y déjense llevar por este clásico instantáneo que es, hasta el momento, la historia más completa de un género que se niega a morir. Compártanla con sus amistades que no hablen español para que en esta época post-pandemia y post-piece of orange crap en Washington le demos un empujoncito al rocanrol, ya que estoy con las bolas por el piso entre tanto reggaetón (sólo se salvan Residente, WOS y buena parte de Bad Bunny, pero el resto me tiene los huevos llenos).

Disfruten, rockeros, disfruten. Y dejen que los eunucos bufen.

Julieta Venegas (cortesía Netflix)
Gustavo Santaolalla (cortesía Netflix)
Maldita Vecindad (Yo, Netflix, díganme quién sacó la foto!)
Soda Stereo por Andy Cherniavsky (no me pregunten por los peinados)
Héctor Buitrago y Andrea Echeverri (Aterciopelados/Cortesia Netflix)
Café Tacuba por Alejandra Palacios